
Definamos como “tu tribu” a aquellas personas que has hecho parte de tu comunidad personal, sean amigos cercanos o no. Pueden ser personas que comparten metas contigo, que son afines en gustos o carácter, o que por alguna circunstancia son parte constante de tu entorno cercano, y les tienes confianza.
Ser abiertamente parte de una “tribu” te permite no solo fortalecer tu sentido de seguridad y pertenencia, sino que también tiene beneficios para tu salud y tu autocuidado. A continuación, algunos de los muchos beneficios que trae esa hermosa comunidad donde te sientes a gusto:
1. Mantener la motivación cuando sientas que no puedes sol@: cuando comienzas un reto de salud o ejercicio, tu gente estará siempre apoyándote, animándote, e incluso presionándote un poco para que no bajes la guardia y te mantengas constante en tu dieta o entrenamientos. Llegar a una clase donde sabes que te vas a encontrar a “esas” personas puede ser el único impulso que necesitas para ser constante.
2. Crear un ambiente positivo en tus entrenamientos: tu tribu no te juzga, te aprecia tal como eres, y te lo demuestra de muchas formas. Compartir experiencias, música, chismes y hasta hacer pequeñas competencias. Todo se vale cuando se trata de pasarla bien cuidando tu salud en buena compañía.
3. Generar más ideas de entrenamientos, nuevas metas, recetas, etc.: tu tribu te comprende, ¿verdad? ¡Y mejor de lo que crees! Pregúntales qué están haciendo, comiendo, viviendo, y aprovecha para tomar nota de sus ideas y recomendaciones para enriquecer tu rutina saludable. Además, esto te ayuda a conocerles mejor y fortalecer los vínculos.
4. Saberte escuchad@, saber que hay alguien más que se siente igual que tú: ¿tienes ganas de mandar al diablo la dieta? ¡Seguro alguien en tu tribu también! Platica con quienes tengas confianza, y permite que conozcan lo que piensas y sientes. Es muy probable que puedan no solo darte ánimos, sino recomendaciones para sobreponerte de los malos momentos, y mejorar los que ya son buenos. Aprecia y aprovecha su sabiduría y experiencia.
5. Celebrar tus logros, por pequeños que pienses que sean: no es lo mismo llegar a casa y sentarte a ver la televisión como recompensa por un buen día en el gimnasio, que pasar media hora con tu tribu celebrando que llegaste a ese peso o al IMC que estabas buscando. Los pequeños triunfos, cuando se festejan en grande, se convierten en un gran estímulo para seguir adelante. No te quedes callad@, ¡celebra, y ve por más!
No importa si en el ejercicio eres un lobo solitario, o un ser de comunidad. Siempre hay alguien a tu alrededor que te admira, te apoya y te hace sentir apreciad@. Valora y cultiva a tu comunidad, sea de una o de cien personas. Quien tiene una tribu es la persona más afortunada del mundo, ¡ya lo verás!
Ser abiertamente parte de una “tribu” te permite no solo fortalecer tu sentido de seguridad y pertenencia, sino que también tiene beneficios para tu salud y tu autocuidado. A continuación, algunos de los muchos beneficios que trae esa hermosa comunidad donde te sientes a gusto:
1. Mantener la motivación cuando sientas que no puedes sol@: cuando comienzas un reto de salud o ejercicio, tu gente estará siempre apoyándote, animándote, e incluso presionándote un poco para que no bajes la guardia y te mantengas constante en tu dieta o entrenamientos. Llegar a una clase donde sabes que te vas a encontrar a “esas” personas puede ser el único impulso que necesitas para ser constante.
2. Crear un ambiente positivo en tus entrenamientos: tu tribu no te juzga, te aprecia tal como eres, y te lo demuestra de muchas formas. Compartir experiencias, música, chismes y hasta hacer pequeñas competencias. Todo se vale cuando se trata de pasarla bien cuidando tu salud en buena compañía.
3. Generar más ideas de entrenamientos, nuevas metas, recetas, etc.: tu tribu te comprende, ¿verdad? ¡Y mejor de lo que crees! Pregúntales qué están haciendo, comiendo, viviendo, y aprovecha para tomar nota de sus ideas y recomendaciones para enriquecer tu rutina saludable. Además, esto te ayuda a conocerles mejor y fortalecer los vínculos.
4. Saberte escuchad@, saber que hay alguien más que se siente igual que tú: ¿tienes ganas de mandar al diablo la dieta? ¡Seguro alguien en tu tribu también! Platica con quienes tengas confianza, y permite que conozcan lo que piensas y sientes. Es muy probable que puedan no solo darte ánimos, sino recomendaciones para sobreponerte de los malos momentos, y mejorar los que ya son buenos. Aprecia y aprovecha su sabiduría y experiencia.
5. Celebrar tus logros, por pequeños que pienses que sean: no es lo mismo llegar a casa y sentarte a ver la televisión como recompensa por un buen día en el gimnasio, que pasar media hora con tu tribu celebrando que llegaste a ese peso o al IMC que estabas buscando. Los pequeños triunfos, cuando se festejan en grande, se convierten en un gran estímulo para seguir adelante. No te quedes callad@, ¡celebra, y ve por más!
No importa si en el ejercicio eres un lobo solitario, o un ser de comunidad. Siempre hay alguien a tu alrededor que te admira, te apoya y te hace sentir apreciad@. Valora y cultiva a tu comunidad, sea de una o de cien personas. Quien tiene una tribu es la persona más afortunada del mundo, ¡ya lo verás!